martes, 27 de octubre de 2015


EL FUERTE DE JUVILES

EL PATRIMONIO DEFENSIVO DE GRANADA 
AL PIE DE LOS CABALLOS


Un testimonio silencioso de la épica guerra que tuvo lugar en las Alpujarras entre los pobladores Muladíes y Mozárabes (descendientes de los antiguos pobladores de la Hispania visigoda), que al mando de Umar (un muladí que se convirtió al cristianismo), lucharon contra el poder del emirato cordobés.

Corría el año 912 cuando el joven omeya Abderramán III, sucede como emir a su abuelo Abd Alla. Una de las primeras medidas, antes de proclamar el Califato de Córdoba, será la pacificación de Al-Ándalus, muy debilitado por las luchas internas y por las sublevaciones de muladíes y mozárabes en todo el territorio.  Hasta este Fuerte de Juviles vendrá Abderramán con un poderoso ejército para someter a los sublevados de las Alpujarras. Los sublevados se habían hecho fuertes entre sus muros inexpugnables: Después de un terrible asedio la fortaleza se rindió, perdonando Abderramán la vida a los muladíes que no formaban parte de los rebeldes de Umar, tal y como nos cuenta el cronista del califa, el andalusí cordobés Ibn Hayyan:

“An-Nasir con el grueso de su ejército acampó frente a Juviles, una de las fortalezas mas inexpugnables, inalcanzables y de suelo mas abrupto, donde se había refugiado todo hereje escapado de aquellas fortalezas que habían sido sometidas”.

“Los ejércitos acamparon allí el miércoles 25 de mayo de 913, destruyendo las cosechas, talando los árboles y arruinando sus recursos. El sitio duro cinco días hasta que se humillaron y se sometieron, siéndoles aceptado el arrepentimiento a condición de desentenderse de los hombre de ibn Hafsun (Umar). Accedió an-Nasir (Abderramán) a esto, le sacaron a cuantos hombres de Ibn Hafsún tenía, cristianos en su mayor parte, a los que mando decapitar, siendo exterminados hasta el  último en un momento. (libro Mozárabes, Bueno García, pág 280)”

Desde entonces, el Fuerte del siglo XVIII, situado en un promontorio entre Jubiles y Tímar, (quizás construido sobre otro íbero-romano por los restos que hay en el lugar),  lucha por resistir el paso del tiempo. En un estado abandono que amenaza con desaparecer de forma irreversible, si no se actúa sobre los restos emergentes aún conservados, que son muchos y recuperables. Su rehabilitación y la del resto de Castillos y Torres defensivas medievales de esta zona, supondría un revulsivo socioeconómico de la comarca, potenciando el desarrollo de un turismo ecológico y paisajístico, como ya se ha hecho en otras provincias como Cádiz.

Esto no sucederá, este yacimiento arqueológico se perderá, como está ocurriendo con los yacimientos defensivos medievales del Valle Lecrín. Sería una gran sorpresa que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía tomara una iniciativa de este calado.

Quizás, si se hiciera un Macro-Atrio en cada Castillo, Torre de Vega o Alquería a lo mejor Cultura empezaba a interesarse por recuperar estos importantísimos yacimientos arqueológicos, vitales para el desarrollo de los habitantes de estas poblaciones .






 




















 







 

 





No lo esperamos

Oppidum Eleberis
Narciso Crespo